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El Gobierno propone mantener la prohibición de despedir hasta el 31 de diciembre



El Gobierno quiere ampliar hasta el 31 de diciembre de este año el veto al despido objetivo por causas relacionadas con el Covid-19, según figura en el borrador presentado por el Ministerio de Trabajo a los agentes sociales en la negociación para prorrogar los ERTE más allá del 30 de septiembre.


Según el documento, al que ha tenido acceso Efe, permanecerá vigente, hasta el 31 de diciembre de 2020, el artículo 2 del real decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo con el que el Gobierno estableció que no se podrían «entender como justificativas de la extinción del contrato de trabajo ni del despido» causas relacionadas con la pandemia. Esto supuso vetar los despidos objetivos - con 20 días de indemnización por año trabajado- amparados en el Covid-19 y, en la práctica, encarecerlos ya que pasarían a considerarse improcedentes con una mayor indemnización (33 días por año) o nulos.


El borrador también recoge la ampliación hasta el 31 de diciembre de otras medidas aprobadas en estos meses como la interrupción del cómputo de la duración máxima de los contratos temporales afectados por el Covid o del PlanMecuida, que da derecho a la adaptación y/o reducción de la jornada de trabajo, con la consiguiente reducción salarial, para el cuidado de menores.


En cuanto a los ERTE, el Gobierno también plantea una prorroga hasta el 31 de diciembre y, en los de fuerza mayor, ceñirlos a empresas de una serie de actividades económicas, aún por determinar, así como a compañías de otros sectores pero que demuestren depender de las primeras.


Así, para considerarse empresa «especialmente afectada por la pandemia» y seguir con un ERTE de fuerza mayor sin pertenecer a los sectores que se fijen en el texto definitivo se deberá demostrar que, durante 2019, el 50 % del negocio ha venido de empresas sí incluidas o documentar otro tipo de circunstancias que acrediten esa dependencia.


El texto no entra aún en detallar los nuevos esquemas de bonificaciones que tendrán estos ERTE ni tampoco las de los denominados ETOP, a los que pueden transitar las empresas desde la fuerza mayor si es necesario, ni los de rebrote que sí que se dejan abiertos a empresas de cualquier actividad.


Se trataría de un modelo de «protección diferencial, no sectorial» que no termina de convencer ni a patronal ni sindicatos que tampoco quieren un acuerdo con nueva fecha de caducidad en diciembre. Tampoco se fija en este texto el porcentaje sobre la base reguladora que mantendrán las prestaciones de los trabajadores afectados por un ERTE a partir del sexto mes.


Sí que se recoge el fin del contador a cero, es decir que a partir del 1 de octubre las prestaciones consumidas por trabajadores en ERTE sí que les restarían de futuros periodos de desempleo, un aspecto rechazado tanto por la patronal como sindicatos. Y se plantea una prestación extraordinaria por fin de campaña para personas con contrato fijo discontinuo afectadas por un ERTE.


Gobierno, patronal y sindicatos volverán a reunirse mañana lunes para seguir negociando en busca de un acuerdo sobre las condiciones en las que se van a prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) más allá del 30 de septiembre. Actualmente, permanecen en ERTE unos 800.000 trabajadores, lo que significa que más de tres cuartas partes de los trabajadores que estuvieron incluidos en algún expediente (más de 2,5 millones) ha salido de él, la gran mayoría para reincorporarse a su puesto de trabajo.



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